A
un campo de higos chumbos con tesón,
llegaron dos amigos de lo ajeno,
con la esperanza de llevarse lleno
un talego más grande que un camión.
La noche hace propicia la excursión.
El temple de los dos parece bueno.
El uno se adelanta y ya, sin freno,
ataca a una chumbera con fruición
El otro se aventura y, como es tuerto,
se encarama a la chumbera sin acierto:
"Compadre, vámonos que ya estoy listo."
¿Tan pronto, compañero, ya nos vamos?
dícele Juan. Y respóndele Evaristo:
Con los pinchos he perdido el ojo sano,
llegaron dos amigos de lo ajeno,
con la esperanza de llevarse lleno
un talego más grande que un camión.
La noche hace propicia la excursión.
El temple de los dos parece bueno.
El uno se adelanta y ya, sin freno,
ataca a una chumbera con fruición
El otro se aventura y, como es tuerto,
se encarama a la chumbera sin acierto:
"Compadre, vámonos que ya estoy listo."
¿Tan pronto, compañero, ya nos vamos?
dícele Juan. Y respóndele Evaristo:
Con los pinchos he perdido el ojo sano,
vamonos
que ya no veo ni un gusano,
llévame
al hospital porque de pinchos
se
me han llenado las dos manos,
hay
que ver que por unos higos chumbos
he
perdido el ojo sano
y
si me descuido también
hasta las manos...
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